La incubación es un proceso, mediante el cual, se suministra al huevo, el calor, la aireación, la humedad y el volteo, que son necesarios para que el germen se transforme en enbrión,y este alimentándose de las sustancias nutritivas del huevo, se desarrolle hasta convertirse en pollito.
Existen dos métodos de incubación:
- La incubación natural, que es la que realiza un animal vivo.
- La incubación artificial, que es la que realiza una máquina incubadora.
ELECCIÓN DE LOS REPRODUCTORES.
La elección de los reproductores es vital en el proceso. No solo hemos de elegir a los reproductores, fijándonos en la adecuación de estos al patrón de la raza, también debemos prestar atención a otros aspectos:
- Elegir animales sanos y bien alimentados.
- Elegir animales maduros, el gallo debería superar los 18 meses, y la gallina haber concluido su primer ciclo de puesta (para conocer su aptitud como ponedora ).
- No utilizar reproductores de más de 3.5 años.
- No utilizar animales consanguíneos.
- Tener una adecuada proporción de machos y hembras.
- Número de gallinas por gallo:
Razas ligeras 10 (frio) ó 12 (calor)
Razas peasadas 6 (frio) ó 8 (calor)
SELECCIÓN DE LOS HUEVOS.
En la selección de los huevos, deberemos ser muy cuidadosos, si seleccionamos huevos inadecuados, el porcentaje de eclosión será bajo, y los pollitos que nazcan no se desarrollaran sanos.
Para realizar el proceso de incubación, el huevo debe tener menos de 6 días desde que fue puesto por la gallina, por cada día subsiguiente la tasa de eclosión se reduce un 1% aproximadamente. No es recomendable guardar huevos con mas de 10 días para incubar.
Pasos a tener en cuenta a la hora de guardar los huevos mas de 6 días:
- Guardar los huevos a la sombra. En un lugar fresco y relativamente seco, MUY IMPORTANTE «No dentro de la nevera».
- La mejor temperatura es de 13ºC.
- La humedad debe ser lo bastante baja, para que no se produzca condensación sobre las cáscaras, lo que atraería moho y otras bacterias que ya están en la cáscara. La sequedad excesiva, incrementa la evaporación a través de las cáscaras y cuanto menos agua se evapore, mas posibilidades tienen de eclosionar.
El sistema de incubación artificial requiere de incubadoras especiales que mantienen a los huevos en óptimas condiciones de calor y que los mueven imitando el movimiento de las gallinas. Debido a que muchas veces las incubadoras no tienen el suficiente espacio, es mejor seleccionar los huevos de mejor calidad para la incubación.
Razones para «NO» seleccionar huevos:
- Huevos excesivamente grandes o muy pequeños, se incuban mal y los pequeños producen pollitos pequeños.
- Huevos con el cascarón agrietado o delgado, puesto que estos huevos tendrán problemas con la retención de humedad.
- Huevos deformes o sucios, puesto que no se recomienda limpiarlos debido a que el lavado o la fricción quita la capa protectora del huevo. Antes de introducir los huevos a la incubadora hay que limpiarlos con formalina, hay personas que hacen una disolución de lejía en agua, y después de bañarlos los secan, para eliminar los posibles gérmenes que existan en la cáscara.
Debemos utilizar huevos lo más frescos posible. A partir del 7º día el poder de germinación decrece rápidamente a partir del 21ª día de almacenamiento, casi ningún huevo es válido. Este proceso de pérdida de poder de germinación se da más rápidamente en las razas pesadas.
ALMACENAMIENTO Y CONSERVACIÓN ANTES DE SU INCUBACION
La temperatura más adecuada para almacenar huevos fértiles, es entre 10 y 17 ºC, y la humedad relativa adecuada es entre el 70 y 85% .Si el tiempo de almacenamiento va a ser muy largo, es conveniente subir la humedad hasta el 90%, para reducir la pérdida de agua del huevo.
En cuanto a la posición del huevo, la creencia tradicional es que este debe ser mantenido con el polo fino hacia abajo durante el almacenamiento. Hay sin embargo estudios que defienden lo contrario, argumentando que cuando se coloca el huevo con el polo fino hacia arriba, el disco germinal está más protegido de la pérdida de agua y más lejos de las membranas de la cáscara, por lo que resulta más difícil la adherencia a ellas.
De cualquier forma, si utilizamos huevos de menos de 7 días la forma en cómo coloquemos el huevo pierde importancia